Autorretrato Corpocinético

“El lenguaje de mi silencio no calla mi percepción.
El lenguaje de mi silencio tampoco calla mi movimiento.
El lenguaje de mi silencio es solo el irreductible silencio estructural de lo mudo.
No es un silencio impuesto por una palabra no dicha.
Ese silencio es de lo acallado, de lo silenciado.
La palabra no dicha a veces es necesaria…
Pero mi silencio es de otra naturaleza.
Mi silencio está vinculado justamente con la naturaleza.
Mi silencio audible viene de mi prehistoria.
Viene de las mujeres que me antecedieron, de ellas y del mar.
Mi silencio audible viene justamente del alta mar…

No hay casualidades, hay causas…
¿Será que mi acercamiento al psicoanálisis fue en la búsqueda
de revertir ese silencio de lo acallado,
para que lo no dicho ingrese en el campo de lo enunciable?
¿Será que mi acercamiento al arte surgió como semblante encubridor,
al remitir a la palabra implícita, a lo velado,
a lo que no encontró cabida en las palabras porque su índole no era compatible con ellas?

El silencio se presenta o irrumpe.
En mí irrumpió como un acto de aparición.
Se hizo patente bajo la falta, bajo la necesidad…
como una ofrenda muda que me recondujo también hacia lo mudo.
Lo silenciado: mi secreto preservado, conscientemente a veces, otras no tanto…
Lo silencioso: eso que no remite a la palabra que falta,
sino a lo que le falta a la palabra; a su resto.
  El silencio, acá, ya es silencio extremo.
Enunciarlo, denunciarlo como presencia,
me exigió dejarme ganar por lo mudo, precipitarme en lo mudo.
El acceso al silencio extremo y no por elección, fue un contacto con mi propia precariedad,
con el vacío inevitable, donde la parálisis obliga a cambiar de sostén.
Fue entonces necesario exponer mis raíces imperiosas del mandato familiar… y decidir…
Fue entonces que entendí que lo acallado, lo silenciado,
es siempre complemento de lo callado, de lo silencioso.

Hay un momento en que las palabras se detienen.
Las palabras pueden detenerse ante lo que no se tolera decir.
Eso es una pausa, es algo que no se presta al decir.
Los movimientos también se detienen…
Los movimientos también se detienen a partir del trazo marcado por mi cuerpo.
¿Mi movimiento estará asociado con mi silencio, con el silencio mudo de lo no audible?
Hoy ya no.
Hoy ya no porque algo cambió.

Intentar ser humana, pareciera que implicó, tratar de hacer algo con la "nada".
Manifestarme de alguna forma a partir del extremo silencio soportado.
Hice. Construí, cree, me procree.
Terminé por darme cuenta que el silencio
que en primera instancia estimé tan extraño era, en verdad, mi más íntimo silencio.
Sólo donde la nada, con su insinuación,
logra verse legitimada como suelo fecundante de su humanidad,
ahí, y solo ahí, adviene el sonido”.
                                                                     Mirna Altomare Nesca, Julio de 2010

Comentarios

Gisela Francisconi ha dicho que…
Bravo Mirnus!!!
ariel tenorio ha dicho que…
Bien ahi...felicitaciones Mirna!!! un abrazo
adriana otermin ha dicho que…
Marea un poco leer tu texto. Y viene el asombro cuando otra marea te va rodeando de a poco y de pronto llegaste al fondo del mar de mirna. Cariños. A.